Tornavacas, al igual que toda Extremadura, también conquista por el estómago. Puede hacerlo gracias a los innumerables manjares y múltiples y variadas bondades de su gastronomía, basada en productos de temporada y de la tierra. Una gastronomía contundente para templar el cuerpo en los meses fríos. El cerdo y el cabrito ocupan un papel importante y son el ingrediente estrella de muchas recetas. De hecho, se sigue manteniendo la matanza tradicional, con la que se elaboran las famosas morcillas de lustre y los lomos. La caldereta de cabrito es un plato imprescindible por estos lares.
La pesca también nos da la oportunidad de degustar truchas preparadas de varias maneras. Por supuesto, no podemos olvidarnos de las patatas revolcás, las migas y sopas como la “cana”, elaborada con pan, leche y refrito con ajo. También tenemos la sopa dulce, que se hace con pan frito, almendras, manzanas, aguamiel, servida en una vasija de barro.
Si precisamente eres de los que disfrutan con un buen bocado dulce, no te vayas sin probar algunos como la “bolla”, bollo con anís típico en Semana Santa, los buñuelos con chocolate o las perrunillas.
Las castañas y como no, las cerezas, también están muy presentes. De estas últimas se elabora aguardiente. Otros tragos que hay que probar son el Licor de Gloria, una bebida muy tradicional que se compone de la flor del mosto, aguardiente de uva, granos de café, manzana y hierbas. El vino “arropo”, especie de vino dulce, también es muy apreciado.